Plan de viabilidad

Si te has decidido a montar un negocio solo o en compañía una de las cosas que tienes que hacer en los pasos iniciales es confeccionar el plan de viabilidad.

El plan de viabilidad de una empresa suele mezclarse o confundirse con el plan de negocio, también conocido como business plan. Estos documentos pueden compartir algunos aspectos, pero tienen sus diferencias. Por resumir, te diré que el plan de viabilidad se centra en toda la parte económica-financiera. Además, supone un análisis para los próximos 3 a 5 años.

Si te preguntas cómo hacer un plan de viabilidad de una empresa, tengo que decirte que lo más importante en este documento es ser lo más realista posible. Exagerar o inflar las cifras no es aconsejable. Se trata de hacer una estimación y analizar las posibilidades de la sociedad, no fantasear o sobrestimar sus posibilidades.

Cómo hacer un plan de viabilidad de una empresa

Aconsejamos que el plan no supere las 50 páginas y se redacte en un lenguaje concreto y sencillo, dentro de lo posible. Lo mejor es ser prudente con la estimación de las ventas y dejar un margen amplio a la hora de predecir los posibles gastos. Se siempre prudente con las cifras, no caigas en el falso optimismo del emprendedor.

También debes tener en cuenta que el plan de viabilidad no necesariamente se hace siempre cuando arranca una sociedad o proyecto.

Se puede elaborar si se producen determinados cambios, como una reestructuración, venta, fusión, diversificación, internacionalización, etc. Es algo común, igualmente, cuando hay un concurso de acreedores y vocación de sacar la empresa a flote.

Por ello, a lo largo de su vida o historia una sociedad puede llegar a acumular diferentes planes de viabilidad que van definiendo el futuro a corto y medio plazo de la empresa. El último puede partir de los cálculos del anterior o elaborar uno completamente nuevo.

El plan de viabilidad de una empresa: Razones por las que es necesario

El plan de viabilidad no tiene un solo fin u objetivo. Puede servir para varias cosas. A nivel interno, es un documento que ayuda a valorar la viabilidad, preparara corto y medio plazo la compañía o a saber qué medidas se pueden tomar para reducir costes o aligerar la estructura.

Además, este escrito puede tener una visibilidad externa. Puede servir como una base para pedir financiación a bancos o entidades de crédito. También sirve para tocar la puerta de business angels o firmas de capital riesgo. Algunos organismos públicos pueden pedirnos su elaboración de cara a pedir subvenciones, ayudas o acceso a espacios como coworkings, viveros, parques científicos tecnológicos, etc.

Si se produce una auditoría externa o la sociedad tiene que rendir cuentas ante un tercero este documento también puede ser de utilidad, aunque solo contenga estimaciones y previsiones.

Partes principales que lo componen

  • Productos y servicios En este apartado se puede entrar en materia hablando de la idea de negocio y cómo se va a ejecutar. Hay que definir y explicar cómo van a ser los productos y servicios que se van a ofrecer, de qué tipo serán, etc. Es recomendable hacer una estimación de las unidades que se podrían vender y comprar con sus precios medios. Si se ofrecen servicios, se puede especificar el precio por hora.
  • Mercado Es importante realizar un análisis del mercado, comprobando su tamaño y el del público objetivo. Además, hay que evaluar los rivales existentes y los potenciales competidores, así como las posibles barreras de entrada.
  • Fundadores- Conviene incluir un epígrafe donde se explique quiénes son los socios, su experiencia, formación, funciones, etc.
  • Inversión De aquí en adelante es donde realmente se van a indicar los aspectos económico- financieros. Hay que pensar en todas las cosas en la que se necesita invertir para arrancar un negocio o reflotarlo. ¿Es necesario comprar un local o maquinaria? ¿Hay que contratar personal? ¿Hay que pagar licencias o patentes? Si es un negocio online, quizás haya que pensar en cuánto nos llevará el diseño de una web, el hosting, las herramientas de software que se utilicen, etc.

En cualquier caso, conviene diferenciar entre el activo corriente (las inversiones a corto plazo) y el activo no corriente (inversiones a largo plazo). Entre las primeras hay cosas como las existencias o el efectivo. Dentro del activo no corriente tenemos:

-Inmovilizado material– Aquellos bienes tangibles que se utilizarán en la sociedad por más de un año. Hablamos de los edificios, locales, naves o terrenos, las máquinas, los vehículos, las herramientas, etc. Es necesario contabilizarlos y sumar su coste

-Inmovilizado inmaterial– Aquí entran cosas como las aplicaciones informáticas, la propiedad intelectual, las aplicaciones, etc.

-Inmovilizado financiero– Corresponde a los depósitos y fianzas y otras aportaciones.

  • Financiación ¿Con cuántos fondos partimos? ¿Hemos obtenido un crédito, realizado aportaciones personales o logrado financiación de FFF? Es casi imperativo que la financiación inicial sea igual o superior a las inversiones iniciales.
  • Gastos– En el plan de viabilidad de una empresa resulta indispensable analizar qué gastos periódicos se van a tener. Hay que calcular cuánto supondrá el pago de las nóminas, el alquiler mensual, el consumo de luz, agua, gas, etc. Además, no hay que olvidarse del gasto en publicidad o campañas de marketing y en aquellos que se deriven del pago de impuestos u obligaciones fiscales.
  • Caja Lo más importante para que un negocio no acabe en situación de insolvencia es cuidar el flujo de caja o la liquidez. Lamentablemente, muchas empresas, sobre todo startups, acaban pinchando porque se quedan sin efectivo. Efectuar una estimación realista en este aspecto puede suponer un salvavidas. Así que esta partida resulta fundamental para entender cómo hacer un plan de viabilidad de una empresa.

Cuenta con nosotros

Si necesitas ayuda para elaborar el plan para estudiar las posibilidades de tu idea de negocio o bien porque deseas reflotar tu empresa tras una declaración de concurso de acreedores, en Dipcom Corporate podemos echarte una mano. Contamos con experiencia en el desarrollo e implantación de planes de viabilidad, tanto en situación de solvencia como en procesos de crisis y concursal.

Llámanos o contáctanos sin compromiso por email.